- Que no Martín, que las cosas no funcionan así.
- Y qué sabrás tú.
- Pues lo suficiente como para darme cuenta de que te ha utilizado.
- ¿Pero cómo puedes decir eso? Nadie me ha utilizado
- Ah, ¿no?
- No, solo… Me ha dejado.
- Son las formas, Martín. A eso me estoy refiriendo.
- Lo nuestro ya no funcionaba.
- Y la semana pasada me dijiste que ni siquiera lo viste venir.
- ¡Por que no lo vi venir! Yo pensaba que todo iba bien…
- O sea, que no era lo vuestro lo que no funcionaba.
- ¿Qué quieres decir?
- Pues que era lo suyo lo que no funcionaba.
- No hombre, no. No voy a echarle la culpa a ella ahora de que una relación no haya funcionado.
- ¿No? ¿Y por qué no? Igual la tiene.
- ¿El qué tiene?
- La culpa, coño Martín, la culpa. Igual si tiene ella la culpa de que lo vuestro no haya funcionado.
- ¿Y como lo sabes?
- Yo no lo se, yo no estaba allí para verlo.
- No, no me refiero a como lo sabes tú, quiero decir ¿cómo se sabe quién tiene la culpa de que algo no haya funcionado?
- Eso igual un psicólogo podría averiguarlo.
- ¿Y qué eres tú, carnicero?
- No, yo soy tu amigo. Me refiero a meterte en una terapia, a dejar que un profesional, que no te conozca, se meta en tu cabeza y te ayude a encontrar las respuestas que estás buscando.
- Ya
- Pero no te lo aconsejo.
- Joder, no me estás ayudando nada.
- Porque no hay nada con lo que ayudarte. Esa mujer te usó para rellenar un vacío emocional durante un tiempo y cuando se cansó buscó otro relleno. No es tan difícil de entender. Vamos digo yo.
- Bueno, no te enfades. El que debería estar enfadado soy yo.
- No me enfado. Es que… Vamos a ver, ¿que te pasó con Lucía?
- ¿Y qué tiene que ver Lucía ahora con todo esto?
- Pues que con ella ocurrió justamente lo contrario de lo que te ha pasado ahora, ¿no? La dejaste tu a ella por que lo vuestro no funcionaba.
- ¿Ahora me vas a decir que esto es obra del karma?
- ¿Qué? No. No, no. Joder, no me puedo creer que vaya a poner en plan psicólogo contigo…
- Venga, prueba.
- ¿Por qué dejaste a Lucía?
- Tú sabes por qué dejé a Lucía.
- Ya, pero quiero que tú lo digas.
- Por que ya no sentía nada por ella.
- Mentira.
- Por que la chispa se fue apagando y…
- Mentira.
- ¡Por que me enamoré de… de esa que… ¿Cómo se llamaba? La de las trenzas tipo Pipi Lastrum…
- ¿Y se lo dijiste a Lucía?
- ¿El qué?
- Que la dejabas por que te enamoraste de una que habías conocido la noche anterior.
- Joder, dicho así…
- ¿Se lo dijiste?
- No, ¿Cómo iba decirle algo así?
- ¿Y por qué no? Se supone que esa fue la razón, ¿no?
- Ya, pero las razones no se dicen así, como así…
- ¿Y por qué no?
- No se, ¿por no hacer daño al otro?
- Pero tú ahora estás dolido.
- ¡Si claro! Oye, no se a dónde quieres ir a parar.
- ¿Qué fue lo que te dijo esta cuando te dejó? ¿Qué lo vuestro no funcionaba? ¿Qué ya no sentía nada por ti? ¿Qué la chispa..? ¿Cómo era?
- No te burles.
- No me burlo. Pero quiero que lo veas desde tu propio punto de vista. ¿Qué razón te dio ella para terminar vuestra relación?
- Me dijo, me dijo que entre nosotros ya no había química.
- Ya.
- Ya, ¿qué?
- ¿Cómo que ya qué? ¿De verdad tengo que explicártelo?
- ¡No hay nada que explicar! Si no hay química, no hay química.
- Si no hay química es por que YA ESTÁ HACIENDO EXPERIMENTOS CON OTRO TUBO DE ENSAYO.